Dolor.
(Del lat. dolor, -ōris).
Había empezado a dolerle mucho el corazón. Un dolor fuerte, inimaginable. Los latidos disminuían y el miedo era cada vez mayor. Las cosas empezaban a desaparecer y la música se oía cada vez peor. Sus ojos brillantes dejaban ver verdades nunca vistas. Su pálido rostro permitía observar que ahora las horas eran segundos para él. De repente, todo comenzó a evadirse. Absolutamente todo. Y yo, cogida de su mano, le estrechaba con todas mis fuerzas para que no se fuera nunca de mi lado. Pero lo hizo. Y lo hizo sin darme ni siquiera una explicación. Y el dolor que sentí en ese momento, ese extraño dolor, hizo que mi corazón explotara y mis ojos empezaran a sangrar para siempre. Hemorragia por amor (y dolor).
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