cierro los ojos
y me siento perdida
mis dedos sangran
mi boca llora
y mis ojos escupen
esas mentiras
que un día me dijiste
y yo te lloro
o me lloro a mí misma
quién sabe
lo que pasa fuera
de esas cuatro paredes
pintadas de un color intenso
que en su día fue nuestro
y que sin querer
-o quizás queriendo-
desapareció
como nuestro amor
ese que llegué a odiar
tanto como a querer
y me maldigo
cada vez que te escribo
que te canto
o te pienso
y cuando te escucho
en esa grabación de invierno
me cuesta imaginar
que un día fui tuya
y tú
querido
mío
.
.
.
perder(me) |
Esas heridas invisibles que de vez en cuando duelen sin que pueda evitarse... Es un hermoso y dolido poema.
ResponderEliminarDemasiadas veces duelen...
EliminarInfinitas gracias por pasarte, un abrazo RH.
o esas heridas que se ven, y que ya no duelen. pero simplemente no se van, porque no quieren que olvides. yo no he cerrado los ojos, pero me he perdido igualmente entre esos versos, y ¡qué fotografía!
ResponderEliminarun beso.
Nunca he sido capaz de hallar una herida sin sentir dolor, por muy efímeras que sean. Supongo que por eso amo tanto a las cicatrices... Ellas se quedan ahí, durante un largo tiempo -o algunas hasta una vida entera-, y no duelen, ¿verdad? Sólo te recuerdan lo que pasó, lo que viviste y sentiste en esos momentos. Mis cicatrices son mis recuerdos, y una vida sin recuerdos no es vida.
Eliminar(Aunque muchas veces me pregunto qué es vivir.)
Un beso Willow, gracias por seguirme.
me has echo vibrar el alma
ResponderEliminarGracias por pasarte, M.
EliminarLa mejor manera de sanar el alma es expresando el dolor, y más si creas cosas tan bellas como estas.
ResponderEliminarTienes toda la razón, aunque no siempre es fácil expresar el dolor.
EliminarGracias por tus palabras Maat, un saludo.